El primero de enero de 1757, el cura de la doctrina
del Común de Ninacaca de apellido Gallardo, conjuntamente con los pobladores,
procedieron a la elección del Alcalde indio para el pueblo de Ninacaca con la
finalidad de proceder el Santo Sacrificio de la misa. Siendo a horas ocho de la
mañana, se nombró a Félix Guadalupe como alcalde, el cual no fue de agrado para
el Corregidor Pablo Sáez Bustamante que tenía otros intereses, por lo que
desconoció dicha elección realizada por el sacerdote y haciendo elegir
contrariamente a otro alcalde de su interés, ordenando a sus huestes desterrar
del Común a Félix Guadalupe, quienes atacaron atándole con una soga y se lo
llevaron hacia Tarma; ante esta situación los “indios” del Común de Ninacaca,
hartos de las burlas de la clase dominante, tomados de conciencia decidieron
hacer respetar sus derechos, siendo una de ellas que el Corregidor aceptase al
alcalde que ellos habían elegido y ante la rotunda negativa de Pablo Sáez, de
inmediato se organizaron en pequeñas guerrillas, en su mayoría jóvenes de entre
16 a 21 y algunos viejos, todos con armamentos ancestrales como lanzas, hondas,
macanas y piedras; este movimiento se encargó la jefatura a una mujer de 19 años
de edad llamada Rosa Alvarez, por su belicosidad y su decisión de luchar en
busca de nuestra libertad; es así que al mando de esta dama, el grupo salió
tras Félix Guadalupe que iba preso, dándole alcance en un lugar cerca de
Carhuamayo, en donde se produjo un gran enfrentamiento entre las guerrillas y
las huestes españolas, los campesinos de Carhuamayo al percatarse de este
tumulto acudieron en ayuda de los de Ninacaca, paro los resultados ya estaban
dadas a favor de los opresores por la misma superioridad de sus armas que ellos
tenían; en este tumulto, por orden del mando español, dieron muerte a la líder
Rosa Alvarez, por ser quien inducía a los indios a rescatar a Guadalupe y dar
muerte a los soldados
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